martes, 22 de enero de 2008

the summer is magic.

Todo el mundo tiene sus ritos de verano, unos más respetables que otros: aprovecharse de la generosidad de la tía solterona que vive en un balneario, visitar chorreras de primos para emborracharse y jugar a la pelota, ir a la casa de playa familiar y encerrarse a jugar naipes, hacer dedo en la Ruta 5 y terminar en el lugar menos pensado. Mi rito de verano es ver tele. Tele basura. Desde el mítico verano de Protagonistas de la fama que la tele me entrega ese sentimiento de pertenencia que es tan veraniego. Ahora no tengo mucho tiempo de ver tele -hallelujah-, pero ayer me hice el tiempo de ver Hit, mi obsesión de estos días. No placer culpable, ya dije que de ésos ya no quedan. Me gusta que todo el mundo se sepa esas canciones malas: creo que mi parte favorita es cuando el público, a coro, tapa al concursante con la letra de la canción que olvidó. En Bilbao no hay cable y ésa es mi excusa perfecta para consumir porquerías catódicas tranquilo. Jugué a ganar los karaokes y los gané todos, tal como lo hacía antes con las cultas preguntas de Quién quiere ser millonario. L. me miraba con cara de qué-le-pasa-a-este-hueón, mientras rebobinaba con un Bic un cassette de Isabel Pantoja o algo así de espantoso. El techo de Bilbao, que debe datar de 1925, tuvo un momento intensivo de descascaración justo en ese momento. Rechacé acompañarla a comprar cigarros a la Esso de Antonio Varas porque estaba por empezar Amor ciego. "Vos sos periodista, no entiendo por qué no estás vos en la tele en vez de esos feos, mirá ése, si parece que se le va a escapar la baba", me decía una impactada L. Le expliqué que la gracia es que sean feos y que ni en sueños puedan acceder a la mina pero que, como la tele debe ser generadora de esperanzas, fijo que hay uno con el don de la palabra que se la termina dando vuelta. Creo que usé la expresión "dando vuelta" y L. me miró feo. Al final del programa, la mina echó a un gordito que decía que a sus 23 años "no había estado con ninguna niña". A L. le pareció justo. "Mirá que andar mendigando amor así", dijo. Ya se le habían pasado las ganas de salir a comprar cigarros.

2 comentarios:

hueon snob. dijo...

gran parte de tus gustos públicos son considerados placeres culpables, y que lata perdonartelo. Vergüenza debería darte!.

Anónimo dijo...

yo tambien soy de la religion CATODICA APOSTOLICA Y ROMANA...


pero weon..la banda que Chile estaba esperando

THE CATODICOS