jueves, 26 de febrero de 2009

luchadores que no luchan



De repente hay películas que estaban esperando llegar a tu vida, y nada, uno se tiene que dejar perturbar. Grande The Wrestler, aunque su inicio sea lento y poco tolerable para los no acostumbrados al nuevo cine engrupido-introspectivo-silencioso-cámaraenmano-sinanécdotas. Me sobrepuse a eso y a los 45 minutos comprendí que estaba al frente de la segunda mejor película del verano tras Benjamin Button, maravilla a la que no le dedico post porque me quedaría grande.

Grande Aronofsky, que se le acabó el trial de Final Cut y ahora hace planos secuencia dignos de un stalker tecnológicamente bien equipado, con esa narrativa densa más cercana a Tony Manero que a Requiem por un sueño, y no por eso dejó de ser el drogadicto antidrogas que lograba la persuasión que los publicistas del Conace matarían por lograr. De hecho, sigue hablando de lo mismo: la lucha entre la vida modelo que todos quieren y muchos logran sin saber de lo que se están perdiendo, versus la necesidad adicta, enferma y autodestructiva de irte por el camino oscuro de la satisfacción momentánea pero más honesta que la casita en los suburbios, el poodle y la televisión abierta. Entre seguir el diseño responsable y mentirse a uno mismo, y hacerle caso a tus instintos, pasarlo bien y de paso hacerte daño, a corto y largo plazo.

Un luchador que no puede luchar porque tiene 50 años y un bypass, una vieja que no puede volver a ser joven y ponerse su puto vestido rojo, un post-adolescente que intenta hacer lo mismo que quería a los 18. Todos, lo mismo. La droga como vía de escape angustiosa ante la no-resignación. La droga como cualquier cosa, no sólo un químico prohibido por los guardianes de la vida modelo: la tele, el copete malo, la internet lifeless, la pornografía, la Coca Cola, la imaginación, los pensamientos positivos infundados. Todos podemos acceder a la droga sin necesidad de un dealer turbio y mal aspectado. Uno no es drogadicto cuando consume droga: se es drogadicto antes. ¿Y cómo se sale? Autoengañándose.

Mickey Rourke es un grande en todo sentido y uno presiente, con una mezcla de pánico y entusiasmo, que terminará como su personaje. Acabado y viviendo de las nostalgias de una gloria pasada que ni siquiera lo fue tanto. Solo, con relaciones humanas destruidas y el único consuelo de alguna vez haberla llevado con cuática en un microuniverso para mediocres. El planeta es un gran y redondo no country for old men, y quizás sea mejor idea desaparecer antes y dejar un cadáver saludable. O mentirse con elegancia, asegurando que no importa perderse todo lo que esté pasando allá afuera, porque tienes tu iglú y no puedes ser tan malagradecido de eso, mientras hay otros cortándose con gillettes con tal de no perder lo poco y nada que les queda.

martes, 24 de febrero de 2009

like a roboc



Me pongo en modo robot porque los robots no desean nada, y en estos momentos me conviene más no desear nada. Porque como dijo el filósofo francoprusiano, cuando no deseas nada no te decepcionas nunca. Ni te alteras, ni te pones ansioso, ni sientes esa puta melancolía de lo que nunca ocurrió.

Y me pongo a ver el Festival de Viña cuando tengo 80 canales en el cable y casi todas las nominadas al Oscar recién torrenteadas y aún sin ver. Porque me acuerdo de cuando era chico y la hueá era un evento y había Coca Cola en la época en que sólo se compraba Coca Cola para las ocasiones especiales, y era la oportunidad de quedarse despierto hasta tarde y sentirse conectado con el mundo real donde había luces y ruido y que quedaba lejos, muy lejos. Y cuando se terminaba uno sentía un vacío sólo equiparable a dejar la playa con el sol naranjo de las ocho de la noche para volverse a la fome ciudad.

Ahí ser robot ni siquiera era una opción. Porque desear es un tema de grandes. Desconfío de la gente que recuerda con demasiado cariño el candor de su niñez: es gente que no quiere desear y arriesgarse a quemarse en el camino. Permiso, va a empezar KC and the sunshine band.

jueves, 19 de febrero de 2009

This is our decision, to live fast and die young.
We've got the vision, now let's have some fun.
Yeah, it's overwhelming, but what else can we do,
Get jobs in offices, and wake up for the morning commute?