jueves, 14 de julio de 2005

Hoy anoté en mi palm mental una nueva razón para no querer ser periodista. Acabo de ver el reportaje de Informe Especial -modernilla y billgatesianamente rebautizado como IE- sobre los neonazis en Viña y otras partes. Peligroso. No sólo las conductas de los jóvenes admiradores de Adolf, sino el haber hecho el reportaje. Me imagino a los cabezas rapadas -no los que aceptaron dar entrevistas, por cierto- rondeando el edificio de Mauro Lombardi y esperando que salga distraído a comprar coca cola o cigarros una noche cualquiera para sacarle la cresta. Debe ser coolísimo y todo entrar con cámara oculta a un mall (¿cómo les habrá caído el asunto a la gente de seguridad de ahí?) y encarar al líder skinhead con más cara de cajero de banco pusilánime y mamón que he visto.

Lo que me aproblema es lo que puede causar ese material si es visto por cierto tipo de mentes. Me explico:

"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
¿viste Informe Especial?
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
que enfermos, la cagaron
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
ahora sí que da miedo andar de noche por las calles
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
porque ahora no sólo te pueden asaltar, sino que además te pueden moler a palos sólo por no verte como ellos
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
¿y a ti no te da miedo (hablando en serio)?
Jean Pierre dice:
me da miedo como me dan miedo los terremotos
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
harto absurda tu comparación
Jean Pierre dice:
por qué?
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
estás comparando un fenómeno natural con una tropa de idiotas inmaduros que se creen superiores al resto por nada
Jean Pierre dice:
y?
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
esto no merece el más mínimo análisis de mi parte
"... como flores que golpean su tumba." (C. Cornell) dice:
por ridículo

Plop.

He ahí el problema. La tele -más que los diarios o la radio- lleva tanto tiempo haciéndole creer a la gente que el terror está a la vuelta de la esquina que llega un punto en que se enredan las percepciones. No saben si tenerle miedo al cortador de pasto o a, digamos, Osama. Y cuando alguien es miedoso por naturaleza, los medios son el potenciador perfecto. O a lo mejor cualquier cosa puede llegar a ser el potenciador perfecto, no sé. Lo que sí sé es que no quiero formar parte de ese número del circo. No quiero contribuir a que la señora Juanita viva encerrada en su casa Serviu, ni a que la gente de mi edad viva en un sótano y se pierda de la mitad de las cosas que valen la pena, y sólo porque aprendieron que lo que sale en la tele existe y lo demás no. Lo que me falta descubrir es cómo aprendieron eso.