* Dejando de lado lagunas, llevo ocho meses de corrido en Temuco y, aunque Ud. no lo crea, se sienten como dos semanas. No será Manhattan ni Sao Paulo y ni siquiera Stgo, pero el tiempo pasa rápido cuando es uno quien aprieta el acelerador, sea donde sea. No es que haga muchas cosas, es más bien un tema de estrujamiento mental. Tan impostado como suena, pero sirve. Se estruja hasta que no da más, luego vuelve a su forma inicial fome y se vuelve a estrujar. Bipolaridad, here we come! Es que no da andar con la actitud "it's lame, everything's lame". Los 90 se acabaron y una parte de mí se lamenta por eso, pero la otra dice "enhorabuena" porque digamos las cosas como son, Cobain se mató y con eso nos quedó claro que lo único por hacer es divertirse hasta morir de una forma más elegante. Me rehúso a seguir pensando que "la actitud" es parecer apestado y que todo parezca una de esas insoportables desenfocadas de Tony Manero. La actitud es ser como esos millonarios hijos de puta del Upper East Side pero con luca en el bolsillo. Acá no hay fiestas todas las semanas, de hecho ni siquiera hay días despejados todas las semanas, pero hay... no, no sé qué hay. Bueno, todo se trata de matar el tiempo. Miles de ideas que darán paja en el momento de concretarlas, pero sirven para hacer que el hamster trote dentro de su rueda. Acá la municipalidad cerró un eje de bares universitarios para chicos pretendidamente pensantes con poca plata (poca plata y pocas ideas), ellos se enojaron y alegaron pero seguro encuentran otro lugar para seguir matando neuronas con Báltica al ritmo del rock argentino de los 90 y se quedan felices. Ok, si todos somos fútiles, pero hay alcoholes y alcoholes, y por sobre todo hay soundtracks y soundtracks.
* Creo que la forma correcta de escribir "weá" es ésa y no "hueá". Estuve tanto tiempo equivocado.
viernes, 10 de octubre de 2008
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