Puta, necesito internet en la casa.
Cable e internet. Con eso soy feliz.
Mh, internet nomás. Total ahora todo es downloadeable.
Ya hice el experimento de vivir desconectado y sí, tiene su lado bueno, leo más y me duermo más temprano (en realidad no, cierro los ojos cuando aparece Iván Valenzuela en el 13), pero ya es suficiente. Nunca podré predicar por el desierto. Necesito mi puta sensación de niñito burgués de vivir conectado con el mundo y creerme parte de algo.
Internet es todo lo que necesito.
Mh, no es todo lo que necesito. Pero es el beta de "todo lo que necesito".
¿Cómo tan adicto?
Lo más bien que me las arreglaba en 1995.
viernes, 29 de junio de 2007
miércoles, 27 de junio de 2007
Hola-soy-jotapé-y-no-escribo-en-el-blog-porque-ahora-no-tengo-tiempo.
* Y no tengo internet tampoco. En el segundo piso se pesca WiFi del edificio de atrás, pero uno no está para andar mendigando. La gente le pone nombres tan pelotudos a sus WiFis, desde "casa de los González" hasta "tu hermana" (sic). Además, creo que hay que aprender a vivir en la abstinencia. De este tipo, al menos. Voy al ciber de los uruguayos de la esquina. La primera vez que entré pensé que eran argentinos, pero el más flaco de los tres subió la ceja y me indicó la enorme bandera uruguaya que decora uno de los muros. Los uruguayos escuchan música uruguaya todo el tiempo y la música uruguaya es como la música argentina de los 90 pero con peores letras. Hay una que es como "reorganicemos el Estado, vamos a luchar" en versión "Los Calzones Rotos". Imposible no querer bailar sobre la bandera. Si Uruguay generó 25 Watts y esto, algo cósmico pasa ahí.
* En vez de hablar pelotudeces por msn a las 3 am, opto por ver "Vivienda, construcción y decoración" en el Canal 22, conducido por ese tipo que hacía Telenoche en los 90. "Hola, tal vez me recuerden por noticieros como, ehm, Telenoche". Antes me gustaba ver a la Abogada Norambuena y su neurosis en el 13, pero se gasta rápido. Esta nueva basura de programa me permite soñar con la casa-clon que debería pensar en comprarme para que las cosas se calmen algún día. Las calles se llaman "avenida Lomas de la Luz" (es en serio, lo escuché y lo anoté al reverso de una boleta para que no se me olvidara) y, aparte de "la naturaleza", siempre hay un Líder y un Westminstershubet College al lado, para que uno no salga nunca del cautiverio feliz. Como el suburbio de Donnie Darko. ¿Qué micro hay que tomar para llegar a esos lugares? ¿Alguien conoce gente que viva así? Me parece tan imposiblemente 2007.
* El lunes estaba ebrio a las siete de la tarde, conocí a una chica en la calle y bailé reggetón por primera vez en mi vida. Luego me preguntaron si mi billetera estaba en su lugar, y sí, así que no se preocupen.
* Empiezo a acostumbrarme a la idea de vivir arriba de un bus. No es tan malo. Sería mejor arriba de un avión, claro. Pero por algo hay que empezar.
* Este post es un asco. Es el post número diecinueve que termino así. Adiós.
* Y no tengo internet tampoco. En el segundo piso se pesca WiFi del edificio de atrás, pero uno no está para andar mendigando. La gente le pone nombres tan pelotudos a sus WiFis, desde "casa de los González" hasta "tu hermana" (sic). Además, creo que hay que aprender a vivir en la abstinencia. De este tipo, al menos. Voy al ciber de los uruguayos de la esquina. La primera vez que entré pensé que eran argentinos, pero el más flaco de los tres subió la ceja y me indicó la enorme bandera uruguaya que decora uno de los muros. Los uruguayos escuchan música uruguaya todo el tiempo y la música uruguaya es como la música argentina de los 90 pero con peores letras. Hay una que es como "reorganicemos el Estado, vamos a luchar" en versión "Los Calzones Rotos". Imposible no querer bailar sobre la bandera. Si Uruguay generó 25 Watts y esto, algo cósmico pasa ahí.
* En vez de hablar pelotudeces por msn a las 3 am, opto por ver "Vivienda, construcción y decoración" en el Canal 22, conducido por ese tipo que hacía Telenoche en los 90. "Hola, tal vez me recuerden por noticieros como, ehm, Telenoche". Antes me gustaba ver a la Abogada Norambuena y su neurosis en el 13, pero se gasta rápido. Esta nueva basura de programa me permite soñar con la casa-clon que debería pensar en comprarme para que las cosas se calmen algún día. Las calles se llaman "avenida Lomas de la Luz" (es en serio, lo escuché y lo anoté al reverso de una boleta para que no se me olvidara) y, aparte de "la naturaleza", siempre hay un Líder y un Westminstershubet College al lado, para que uno no salga nunca del cautiverio feliz. Como el suburbio de Donnie Darko. ¿Qué micro hay que tomar para llegar a esos lugares? ¿Alguien conoce gente que viva así? Me parece tan imposiblemente 2007.
* El lunes estaba ebrio a las siete de la tarde, conocí a una chica en la calle y bailé reggetón por primera vez en mi vida. Luego me preguntaron si mi billetera estaba en su lugar, y sí, así que no se preocupen.
* Empiezo a acostumbrarme a la idea de vivir arriba de un bus. No es tan malo. Sería mejor arriba de un avión, claro. Pero por algo hay que empezar.
* Este post es un asco. Es el post número diecinueve que termino así. Adiós.
domingo, 10 de junio de 2007
Hace frío y tengo encima la picante luz de Sala Murano detrás de la ventana. En una hora más parto -agaaaaain- a Temuco a ver qué onda con algo así como my own private Garden State. Mi madre me llamó a las diez de la noche para avisarme. Así que. Mi tía Patty y mi prima me llevan en auto. Espero no tener que conversar por obligación y poder ponerme los audífonos del iPod prestado que me llevo.
El otro día, mientras subía con ella una escalera mecánica del Portal Temuco, mi madre me dijo que cuando esto pasara iba a poder vivir de una puta vez. No con esas palabras, obviamente. Viajar, trabajar menos, hacerse cargo de ella y no de una anciana y un bueno para nada que escribe un blog a las cinco y media de la mañana en vez de dormir. Y, bueno, bien que la gente que tiene que ver conmigo viva porque así se crea una espiral de vitalidad. Como esa película del pendejo en la que todo el mundo tenía que hacer favores. No la vi entera -como casi todas las películas- pero era buena.
El otro día, mientras subía con ella una escalera mecánica del Portal Temuco, mi madre me dijo que cuando esto pasara iba a poder vivir de una puta vez. No con esas palabras, obviamente. Viajar, trabajar menos, hacerse cargo de ella y no de una anciana y un bueno para nada que escribe un blog a las cinco y media de la mañana en vez de dormir. Y, bueno, bien que la gente que tiene que ver conmigo viva porque así se crea una espiral de vitalidad. Como esa película del pendejo en la que todo el mundo tenía que hacer favores. No la vi entera -como casi todas las películas- pero era buena.
sábado, 2 de junio de 2007
I'm at The Musgo.
Raro, por tirar una definición a la chuña.
Han abierto locales nuevos para la diversión nocturna, hay fiestas y ciclos de cine y cosas de ciudad con sangre en las venas. No es nada del otro mundo pero es bueno en comparación a lo que había. Pero hay partes que nunca cambian: la gente es muy, muy lenta. Las micros son una real chatarra y los autos que doblan no esperan al peatón que intenta cruzar. Todo muy troglo. Y supongo que este año habrá una nueva versión de la Sofo. Es increíble que EL evento anual de la ciudad sea una feria de tractores y cosas del campo. Para qué más redneck.
Mi madre ha convertido mi pieza en la pieza de los cachivaches, ya es oficial. Me es imposible circular ahí, entre espejos, bolsas con ropa vieja y minucias de nula utilidad como cables, cajas de remedios y posters de eventos del Teatro Municipal (!). Así el panorama, es imposible no echar de menos mi gélida pieza de la casa de Bilbao, las minas que graznan conversaciones de matinal en el living y el gato que camina de borde a borde del techo como un niño con Asperger intentando descubrir un secreto matemático.
Ando con el viejazo. No le doy cumplir 25 a nadie. Inventarios de vida, evaluaciones y toda esa basura. Leer biografías en Wikipedia para saber qué habían ya hecho ciertos personajes a esta edad, un ejercicio inútil por donde se le mire.
Lo bueno es que me han regalado el libro de Bisama que quería. Que quería escribir yo -puta la hueá-. Pero no le cuenten a nadie.
El martes vuelvo a the real hardcore life.
Raro, por tirar una definición a la chuña.
Han abierto locales nuevos para la diversión nocturna, hay fiestas y ciclos de cine y cosas de ciudad con sangre en las venas. No es nada del otro mundo pero es bueno en comparación a lo que había. Pero hay partes que nunca cambian: la gente es muy, muy lenta. Las micros son una real chatarra y los autos que doblan no esperan al peatón que intenta cruzar. Todo muy troglo. Y supongo que este año habrá una nueva versión de la Sofo. Es increíble que EL evento anual de la ciudad sea una feria de tractores y cosas del campo. Para qué más redneck.
Mi madre ha convertido mi pieza en la pieza de los cachivaches, ya es oficial. Me es imposible circular ahí, entre espejos, bolsas con ropa vieja y minucias de nula utilidad como cables, cajas de remedios y posters de eventos del Teatro Municipal (!). Así el panorama, es imposible no echar de menos mi gélida pieza de la casa de Bilbao, las minas que graznan conversaciones de matinal en el living y el gato que camina de borde a borde del techo como un niño con Asperger intentando descubrir un secreto matemático.
Ando con el viejazo. No le doy cumplir 25 a nadie. Inventarios de vida, evaluaciones y toda esa basura. Leer biografías en Wikipedia para saber qué habían ya hecho ciertos personajes a esta edad, un ejercicio inútil por donde se le mire.
Lo bueno es que me han regalado el libro de Bisama que quería. Que quería escribir yo -puta la hueá-. Pero no le cuenten a nadie.
El martes vuelvo a the real hardcore life.
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