lunes, 8 de agosto de 2005

This is the end, my only friend

A las cinco y cuarto empezó el examen. Antes se cumplieron todas las leyes de Murphy que se podían cumplir: el mouse óptico que me prestó Nerdson no funcionó, no pude hacerme el nudo de la corbata, el cursor del notebook no se movía, la proyección del data estaba chueca, en fin. Mentiría si dijera que no tuve dolor de guata y ataque al colon durante las tres o cuatro horas previas. Al final tuvimos público igual, por más que Shó intentara impedirlo. Fueron veinte minutos hablando y tratando de que mi lenguaje corporal no denotara mi nerviosismo, al menos al principio. Según la Camila, en un momento me afirmé en la mesa y mis manos se movían como olas. Pero se me pasó una vez agarrado vuelo. Es como cuando hacía teatro cuando chico: toda la previa y al poner un pie en el escenario parecía niño con Parkinson, pero al momento de empezar a actuar y a vivir la situación, podía agarrar al público, a las luces y al resto del elenco con la mano y zamarrearlos hacia donde fuera. Yo era el dueño de la situación. Pienso que podría ser un buen niño símbolo de Ravotril y protagonizar un comercial de esos como de productos para bajar de peso: con "antes" y "después".

Las preguntas no fueron tan heavy metal como pensé. Un par de discursos impactantes que sonaran bonitos y con convicción, y ya, todo el rito posterior de que te digan colega y eso. Eres de los nuestros pequeño, te aceptamos en el club, siéntete honrado y golpéate en el pecho porque no todos tienen este privilegio. Jugaste nuestro juego y saliste ileso. "Ahora el magíster pues, joven" me dijo el mismo anciano que hizo que nos corrieran el examen.

Cuando salimos de la matriz ufriana, el cielo estaba rojo. Parecía fin del mundo. Shó, en plena San Martín, le gritaba a su abuela desde la vereda del frente "abuelita, me titulé" mientras la Camila tocaba la bocina y yo me sentía ridículo y disfrazado con ese terno. Una pesadilla lisérgica. Es el fin de una: lo que no sé es si será el comienzo de otra. Uf, cómo tan cliché. Me voy a celebrar al quin-sho, chao.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

buenísima!!

tu sueño de toda la vida se cumplió!!

jajaj, yia, pero igual te desestresastes :P

salu2!

Anónimo dijo...

por fiin!
te iba preguntar via msn, pero bueh, me entero por tu blog.
Felicitaciones!! ya fue, ya era y de seguro se siente genial.
Me acuerdo que a los dias de dar el examen me sentia tan relajada que hasta mis defensas del cuerpo se relajaron y me ataco una gripe horrible. ja!
bienvenido a no se qué, pero bienvenido.

Anónimo dijo...

excelente, felicitaciones!
un abrazo.