sábado, 8 de enero de 2005

Este blog no tiene sentido. Nunca lo tuvo. En el momento de su concepción lo visualicé como una url que, a diferencia de las otros dos blogs, sí le podía dar a mis amigos (léase Mardones, Shó y en esencia todos los que me conocen en el popular y erróneamente conocido como "mundo real"). Un blog donde puedo decir cosas que tengo que decir pero que no me ponen en aprietos. Me da lata no poder ser tan honesto. Síndrome de periodista. No miento, pero oculto. Tengo mucha info en mi cabeza pero tengo que darle un uso que no quiebre ningún sistema más que lo permitido por mis jefes.



En 6 días más comienza la fuga y se acaba todo. "No quiero ser periodista" fue el arrebato de una noche con exceso de Coca Cola y ahora se transforma en la verdad. Quizás sí quiero ser periodista. Lo que no quiero es ser un obrero. Aun cuando hoy sienta que otras opciones me queden tan grandes como el terno que uso para disfrazarme. La credibilidad se compra a 80 lucas en Falabella y ésas son las cosas con las que no puedo ni podré estar de acuerdo. Y soy demasiado mainstream como para dejarme de lavar el pelo, vestir chalecos con rombos y trabajar en una radio tipo Nuevo Mundo. Pienso que profesionalmente no voy a encajar en ningún lado y eso es frustrante. O aplico el Plan Shango y asumo que me moriré de hambre el resto de mi vida, o aprendo a agachar la cabeza, a no quejarme y a esperar mis vacaciones de quince días hábiles al año y mi canasta familiar llena de baratijas y mi cena anual donde intentaré propasarme con mis compañeras de trabajo y comeré como cerdo para vengarme y me alcoholizaré tanto que terminaré vomitando todo lo que aguanté en el año. Todos los silencios. Ninguna de las dos opciones se ve muy viable. No puedo dejar ni mi adicción a la comida ni la de alegar más de la cuenta. Necesito una tercera vía urgente. Ideas tengo, pero primero tengo que vencer la jimmymorgantez y demonios que eso se viene difícil y creo de forma definitiva que solo no voy a poder.